SALTO LARGO

HISTORIA: Desde la más remota Antigüedad, en todas las manifestaciones organizadas en torno a la elevación del valor físico de los individuos. Aparece en el programa de ciertos juegos célticos unos veinte siglos antes de Jesucristo y se convierte en una de las cinco pruebas del pentatlón de los Juegos Olímpicos en el 708 antes de nuestra era. Si bien no siempre fue practicado con la forma que actualmente conocemos, “los primeros atletas se ayudaban de pequeñas halteras para aumentar sus resultados”, el salto de longitud sigue siendo una de las disciplinas atléticas menos tocadas por las transformaciones técnicas y materiales que caracterizan a veces al deporte moderno. En este sentido, sigue siendo un elemento privilegiado de comparación para juzgar la evolución de las posibilidades físicas del hombre a través de los siglos. Señalemos, en este sentido, que en 1874, el irlandés John Lane supera la marca de los 7 m. (7,05 m.) y que los 7,50 m. fueron logrados en 1900 por el americano Myer Prinstein. El primer saltador moderno, es decir, que utiliza una técnica similar a la de los saltadores actuales, será el americano Hart Hubbart. Logra los 7,89 en 1925 y domina la especialidad durante un largo período. En esta época, los dos estilos de tijera y extensión ya han aparecido. Finalmente, en 1935 Jesse Owens rompe la barrera de los 8 m. (8,13 m.), récord que se mantendrá durante 25 años. La especialidad se estanca tras esto hasta los Juegos Olímpicos de México, en que Bob Beamon, con 8,90 m. parecía situar el récord a límites inaccesibles. Pero la aparición de nuevos saltadores “fenómeno” como Carl Lewis y Mike Powell cambiaría el curso de los acontecimientos. Así, en 1991, Mike Powell batía este record, prematuramente bautizado como “Salto del siglo XXI”, al realizar 8,95 m. En cuanto a la competición femenina, actualmente asistimos a una verdadera explosión en esta disciplina. El muro de los 7,50 m., durante largo tiempo considerado inaccesible, actualmente se ha superado y récord del mundo lo ostenta la rusa Christiakova con un salto de 7,52 m. (1988). 




TÉCNICA: Fase de carrera Junto con la batida constituye la base del salto. Debe ser previamente talonada (medida con precisión), y ha de realizarse en progresión y con gran elevación del muslo. El penúltimo apoyo es más largo que los demás y el último es el más corto. Fase de batida La batida transforma la carrera en salto. Comienza con el apoyo del pie de batida sobre la tabla y termina con la pérdida de ese contacto. El pie de batida llega a la tabla de planta (apoyándose completamente). Colegio Claret Aranda - Dto. Educación Física y Deportes 


Tras la tabla existe una tira de plastilina que si recibe cualquier marca, por muy pequeña que sea, del saltador hará calificar el salto como “nulo”. La extensión de la pierna de batida será completa y coincide con la elevación de la pierna libre flexionada. En esta fase también existe un movimiento enérgico de brazos hacia arriba. Fase de vuelo Existen varias técnicas en este apartado dependiendo fundamentalmente de la longitud del salto y la experiencia del saltador. La más simple y aprendida en clase es la Técnica Natural, que consiste en que durante el vuelo la pierna de batida se une a la libre y en esa posición de "sentado" se efectúa la traslación. Fase de caída: La fase de caída ha de ser llevada a cabo de manera que la primera parte que toma contacto con la arena sea la marca más atrasada. Deberemos, por tanto, o bien caer en el hueco que dejan mis pies o hacia delante o hacia un lado, pero nunca dejar una marca más atrasada, ni siquiera al levantarnos, puesto que sería el comienzo de la medida.



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